16 sept 2008

Mi pobre angelito

Fueron miles los programas que nos llenaron la cabeza de fantasías y nos llamaron a prender la televisión todos los días; sin embargo, eso no quitó lugar a las famosas películas “infantiles”. ¿Cómo olvidar “Mi pobre angelito”? La película uno dos tres y hasta cuatro. A pesar de que salieron más de dos partes, la primera fue la que marcó nuestra niñez. Recuerdo que cuando era niña me sentaba frente al televisor fascinada e hipnotizada por ver como un niño de edad similar a la nuestra se enfrentaba a los malhechores delincuentes (aunque torpes, el gordo y el flaco) que fallidamente trataban de entrar a robar la casa “deshabitada”.

Todo comienza con el viaje planeado, por navidad, de la disfuncional familia Mc Allister. Se despiertan y apurados se olvidan de nuestro héroe, y galán para algunas, Kevin. Es así como comienza una de las películas más famosas de nuestra época, la cual nos hizo sentir capaces (en algún momento de la trama) de ser superhéroes y hacer justicia. Cómo olvidar el famoso grito del pequeño Kevin frente al espejo y los planes, que por cierto nunca fallaban, para hacerle la vida imposible a los “Bandidos Pegajosos”. Siempre recordaré las travesuras de Kevin, que incluso más de una vez intenté hacer. Y por supuesto, el día que mi mamá me gritó por el desastre que hice al usar los tarros de pintura para derrotar a los ladrones imaginarios.