Antes que el internet se vuelva tan conocido y accesible, había una gran variedad de juguetes electrónicos que se volvieron muy populares. Uno de los juguetes que todos de niños queríamos tener fueron los Furbys, creados por Tiger Electronics. Recuerdo que habían incontables cantidades de colores para escoger, y los más queridos eran los de colores pasteles. Todos los cuidábamos como si estuviesen vivos y fueron hechos para ser amados u odiados. Estos famosos aparatos electrónicos eran similares a una tierna lechuza y se podía interactuar de alguna forma con ellos. Cuando era niña me encantaba hacer feliz a mi furby y sentía que era prácticamente mi hijo. Siempre recordaré cuando me juntaba con mis amigas para hacer la emocional jugada de casarlos y hasta hacer la familia. ¿Cuántas veces habré casado a mi furby…? ¿Y cómo olvidar cuando se burlaban de nosotros por creer que tratábamos con un juguete vivo con un idioma inventado, perdón.. "idioma de los furbys"? (ojo: venía con su respectivo manual para poder entenderlo).
Aunque estos muñecos eran muy queridos, en algún momento de nuestra infancia nos hemos hartado de ellos y hasta los hemos llegado a guardar en un cajón para que se callen ya que con la oscuridad dejan de “hablar”. Nunca olvidaré estos muñecos que nos acompañaban a todos lados y que poco a poco nos terminaron saturando ya que nunca cerraban el pico.
Luanna
